SALUD

Mario Alonso Puig, médico cirujano y coach español, explica cómo los pensamientos negativos afectan la salud de las personas

Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general, coach y escritor, habla sobre la felicidad, el poder de los pensamientos y la salud mental en el mundo.

Lorena Mahecha S.

Lorena Mahecha S.

Productora periodística

22 de marzo de 2025, 6:56 a. m.
 El doctor Puig ha escrito 12 libros y ha dictado conferencias en más de 35 países.
El doctor Puig ha escrito 12 libros y ha dictado conferencias en más de 35 países. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO-SEMANA

A lo largo de 25 años ejerciendo como médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo en hospitales de Estados Unidos y España, y de interactuar constantemente con pacientes en situaciones extremas, Mario Alonso Puig, fellow en cirugía por la Universidad de Harvard, adquirió un profundo conocimiento sobre el ser humano. Desde 2002 se alejó progresivamente del ejercicio de la cirugía para dedicarse a la investigación y la docencia en el campo del desarrollo personal y profesional.

Guiado por esa pulsión de conocer cada vez más al ser humano y gracias a su sólida formación en medicina, neurociencia, filosofía y psicología, Puig se ha convertido en un referente de liderazgo en el mundo. Lleva más de 20 años transmitiendo su conocimiento por medio de conferencias y cursos. Ha compartido escenario con grandes personalidades, como Richard Branson, fundador de Virgin Group; Steve Wozniak, cofundador de Apple, y los premios nobeles Paul Krugman y Mario Molina, entre otros. A propósito de su paso por Colombia, SEMANA conversó con el médico español.

SEMANA: ¿Cómo se puede ser feliz en un mundo tan convulsionado?

Mario Alonso Puig: Yo suelo decir que cuando una persona se levanta lo más importante no es que se pregunte cómo se levanta el mundo, sino cómo me levanto yo. Si uno quiere ser parte de la solución y no ser parte del problema, tiene que levantarse con ilusión, con confianza, con entusiasmo, con determinación a la hora de mejorar las cosas. Quizás solo pueda mejorar lo que concierne a su círculo de influencia, pero eso también es una mejora en el mundo, porque el impacto que tiene una persona se va multiplicando con otras personas. Para mí, es fundamental reconocer las dificultades y los desafíos a los que nos enfrentamos, pero no dar más peso al problema que a la solución por una razón muy sencilla: donde yo pongo mi atención van mis emociones y va mi energía. Si pongo mi atención en todo lo que está mal, ¿qué emociones van a emerger de ahí? Pues la desesperanza, la frustración, la ira, el miedo, la angustia. ¿Qué tipo de acciones van a salir de ahí? No creo que sean acciones que ayuden mucho. ¿Cómo va a afectar a mi energía?

Todos sabemos perfectamente que emociones como la ira, el resentimiento, la desesperanza, la sensación de impotencia activan lo que se llama el sistema nervioso simpático, que opera por debajo de la conciencia y es el gran consumidor de energía. Cuando este sistema está activado de forma sostenida, produce una sobrecarga en el cuerpo. Mientras que cuando una persona se ocupa más de cómo se levanta para poder así llevar un poco de alegría, de ilusión y de confianza, el sistema simpático no se activa con tanta intensidad y se activa el parasimpático, el que nos ayuda a conectar con los demás, a recuperar el cuerpo y a rejuvenecerlo. Lo más inteligente y la mejor manera que tenemos todos de contribuir es enfocarnos en cómo puedo levantarme hoy para formar parte de la solución y no del problema.

Neuronas
Neuronas | Foto: Getty Images

SEMANA: ¿Por qué los pensamientos negativos son los peores enemigos?

M.P.: Cuando una persona está pensando permanentemente que no hay salida, que todo está mal, que no es capaz y que no va a encontrar una solución, ese pensamiento produce una activación en el cerebro de los mapas de los sentimientos que luego tiene un impacto en el núcleo central del miedo, en la amígdala, que forma parte del sistema nervioso simpático. Este, al activarse, produce que las glándulas suprarrenales, que están encima de los riñones, empiecen a liberar una gran cantidad de cortisol. El cortisol eleva a un neurotransmisor, que es el glutamato. La combinación de cortisol y de glutamato en niveles altos activa el gen del suicidio celular, y las células, sin tener que morir, se autodestruyen. Aquí vemos perfectamente cómo un pensamiento sostenido que genera desesperanza y sensación de impotencia acaba provocando muerte neuronal.

Sin embargo, si una persona, reconociendo que hay desafíos importantes, dice: “Estoy convencido de que puedo encontrar un camino y una solución”, el cortisol no se eleva y, al contrario, se elevan la dopamina, las endorfinas, que evitan el estrés crónico, la oxitocina y, además, se favorece la formación de nuevos circuitos neuronales. El mensaje es que no nos quedemos atrapados en pensamientos de desesperanza e impotencia.

SEMANA: Cada vez se habla más de una crisis mundial de salud mental. ¿Por qué?

M.P.: En medicina, respecto a las enfermedades, distinguimos una serie de términos, usamos lo que se llama la palabra clínica, que son los síntomas y los signos. Luego está la fisiopatología, es decir, qué tipo de alteración funcional produce esos síntomas y sus signos, pero luego viene el campo más profundo, la etiología, que analiza el origen. Tenemos que entender cuál es la etiología de la cantidad de sufrimiento mental que está habiendo hoy en día. Desde mi punto de vista, esta etiología puede mostrarse en varias dimensiones. La primera es la pérdida de valores de la sociedad; por ejemplo, la empatía, la compasión, la generosidad, la humildad, la determinación, la perseverancia y la voluntad de contribución. Una sociedad en la que los valores no están claros es una sociedad en la que no se sabe hacia dónde mirar. El segundo punto es la deshumanización de la sociedad; las personas muchas veces no nos vemos con la dignidad que tenemos, sino que nos vemos como medios para conseguir las cosas. Y, en tercer lugar, es la pérdida de un sentido espiritual en la vida; la espiritualidad te invita a trascender e ir más allá.

pesadillas
Una pesadilla es un mal sueño que produce fuertes sensaciones de miedo, terror, angustia o ansiedad. | Foto: Getty Images

SEMANA: En medio de una coyuntura mundial en la que reina la desesperanza, ¿qué decirles a los niños?

M.P.: Primero, darse cuenta de que tus hijos no van a aprender de lo que tú les digas, sino de lo que vean que tú haces. La clave es pensar: ¿qué es lo que quiero que mis hijos aprendan? Yo creo que esta es una oportunidad para que los padres muestren dos cosas. Primero, que hay emociones, como el miedo, que son lógicas y humanas. Si tú quieres esconder tu mundo afectivo, tu mundo emocional, ¿cómo vas a inspirar a tus hijos para que compartan las emociones? Esa es la primera lección. La segunda es a través de la acción. Mostrarles cómo el miedo no nos va a quitar ni la sonrisa, ni el hacer cosas juntos, ni el seguir teniendo una mentalidad optimista. Es decir, por un lado, es el reconocimiento de que hay emociones que son difíciles y, en segundo lugar, la capacidad que tenemos de superar esas emociones. Nuestros hijos son nuestros grandes maestros. Nuestros hijos no buscan padres perfectos, buscan padres que los quieran e intenten mejorar. Que vean que hay una voluntad de mejora.

Uno de cada dos estudiantes colombianos no tiene las competencias mínimas de lectura.
Uno de cada dos estudiantes colombianos no tiene las competencias mínimas de lectura. | Foto: Adobe sTock

SEMANA: Usted es admirado por muchas personas. Pero ¿a quién admira?

M.P.: Desde el punto de vista más profundo, a quien más he admirado es a Jesucristo. Me parece que es una figura de tal nivel de coherencia, de lucidez, de bondad, de tal nivel de entrega que representa lo más excelso que puede haber en un ser humano. Desde el punto de vista científico, a Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina en 1906, por sus estudios impresionantes sobre la neurohistología. También he tenido grandes maestros en el arte de la meditación, como Matthieu Ricard, considerado por la revista Time como el hombre más feliz del mundo, y, desde el punto de vista más cotidiano, mis grandes maestros son mi mujer y mis hijos.

SEMANA: ¿Cómo ha logrado sobrellevar los momentos más difíciles de su vida?

M.P.: Cuando he estado perdido o atravesando momentos difíciles, he obtenido respuestas a través de cuatro caminos. El primero ha sido la oración, el segundo es la meditación, el tercero, hablarlo, por ejemplo, con mi mujer, con mis hijos o con amigos muy cercanos, y el cuarto ha sido la lectura.