SALUD

Alertan sobre el impacto “devastador”, a largo plazo, de las guerras en el medioambiente y la salud

El informe fue publicado en España.

13 de marzo de 2025, 12:09 a. m.
Esta imagen tomada de un video publicado por el servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Rusia el viernes 22 de noviembre de 2024, un tanque ruso T90M Proryv dispara hacia posiciones ucranianas en un sitio no divulgado en Ucrania. (Servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Rusia vía AP)
El inorme insiste en que los conflictos bélicos agravan la crisis climática al intensificar la destrucción de ecosistemas, aumentar las emisiones de gases contaminantes y acelerar la escasez de recursos esenciales como el agua y los alimentos. | Foto: AP

El informe ‘Conflictos Bélicos y Salud Planetaria’, elaborado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), alerta que las guerras no causan muertes solo de forma directa, sino que tienen un impacto “devastador a largo plazo” en el medioambiente y en la salud pública.

Este documento, que es el cuarto volumen de la serie ‘Salud Pública y Conflictos Bélicos’, parte del enfoque de salud planetaria, que aborda la interconexión entre salud humana, animal y su vínculo con el ecosistema, acentuando la importancia de la sostenibilidad ambiental.

“Sin lugar a duda, la concepción actual de la guerra, en su sentido más amplio, con sus impactos no solo en la salud y la enfermedad de las personas, sino también por su impacto en la economía, la vida social y la calidad y sostenibilidad del entorno, obligan a un análisis más allá de la simple enumeración de bajas y destrucciones”, refiere el informe.

En esta línea, subraya que los conflictos bélicos repercuten en tres áreas principales, como son las muertes y heridos de militares y civiles; la destrucción de viviendas e infraestructuras; y la desestructuración social como resultado de lo anterior. Además, advierte que las consecuencias no se limitan a las poblaciones en las zonas de combate, sino que se extienden a nivel mundial y terminan afectando la salud global desde distintos niveles.

Sobre el daño ambiental derivado de los conflictos bélicos, producido por la contaminación del agua y el aire, la pérdida de biodiversidad y la alteración climática como consecuencia del uso de explosivos, armas químicas y residuos tóxicos, entre otros, destaca la repercusión que tiene en el bienestar de las poblaciones, aumentando el riesgo de enfermedades, crisis humanitarias y desigualdades en salud que se mantienen durante décadas.

Más de 6,5 millones de personas procedentes de Ucrania han sido refugiadas en el mundo entero. Se habla de 10.000 muertos, pero la cifra podría ser superior.
Más de 6,5 millones de personas procedentes de Ucrania han sido refugiadas en el mundo entero. Se habla de 10.000 muertos, pero la cifra podría ser superior. | Foto: getty images

A este respecto, el informe insiste en que los conflictos bélicos agravan la crisis climática al intensificar la destrucción de ecosistemas, aumentar las emisiones de gases contaminantes y acelerar la escasez de recursos esenciales como el agua y los alimentos.

Por otra parte, SESPAS también alerta de que las situaciones de violencia, al conllevar inseguridad y la destrucción de hogares, obligan al desplazamiento masivo de las comunidades, que se ven forzadas a vivir en condiciones de insalubridad y sin acceso a atención médica. Esto, unido a la destrucción de infraestructuras sanitarias, lleva a una falta de atención de las personas con enfermedades crónicas y facilita la propagación de enfermedades.

Respuesta coordinada

Con todo ello, SESPAS insta a la comunidad internacional a ofrecer una respuesta “inmediata y coordinada” ante esta situación, que se base en un enfoque de salud planetaria, a fin de que la solución abarque tanto la protección de las poblaciones como la preservación de los ecosistemas.

Entre sus principales propuestas, destacan el fortalecimiento de los sistemas sanitarios en zonas de conflicto para garantizar el acceso a atención médica, incluyendo la salud mental. De la misma forma, llama a garantizar la asistencia humana sin restricciones, con especial atención a los refugiados y poblaciones desplazadas.

Además, aboga por proteger las infraestructuras clave, como hospitales y plantas de abastecimiento de agua, de ataques deliberados, así como regular el uso de armas con alto impacto ecológico, como las químicas o nucleares, para reducir el daño ambiental y sanitario.

“Debemos aceptar que los conflictos y la afectación sobre la salud global continuarán siendo una realidad y hay que prepararse para ello, sin renunciar a intentar, por todos los medios, trabajar para prevenirlos”, apunta.

Con información de Europa Press