POLÍTICA
Gustavo Petro defendió nuevamente a Armando Benedetti, explicó las razones para mantenerlo en el cargo e hizo un anuncio sobre el futuro del barranquillero
El presidente dijo que el problema durante el consejo de ministros del 4 de febrero no fue Armando Benedetti.

El presidente Gustavo Petro no tiene reparos en defender a su jefe de despacho, Armando Benedetti, en cualquier escenario, pese a la controversia y el ruido que despierta el político barranquillero.
En una entrevista para el diario Vida, de la Casa de Nariño, Petro habló de lo divino y lo humano, se refirió a sus polémicos consejos de ministros que volverán a ser transmitidos desde este 17 de febrero y la suerte que correrá Armando Benedetti.
“El consejo de ministros se seguirá transmitiendo. Es una forma de que la gente pueda sentir que su gobierno es su gobierno y que no estamos haciendo ahí monerías, ni chanchullos por debajo de la mesa. Es un golpe de democracia y de transparencia que voy a mantener. Nunca creí que hubiese tanta torpeza en usar los problemas, incluso los conflictos personales, ante millones de personas que estaban viendo el programa, porque creo que es uno de los programas más vistos en la historia de la televisión reciente”, dijo.

“Puede que el señor (Armando) Benedetti no esté ahí más tiempo, puede, pero nunca porque fue chantajeado el presidente. Ahí me parece que hubo pequeñez. El problema no era Benedetti, el problema eran los juegos ya, que yo llamo de doble agenda, que tiene que ver con muchos temas, no solo con el electoral que jugó. O sea, ahí se mostraron como candidatos varios, que no voy a mencionar, pero es que no están ahí como candidatos. Si uno va a ser candidato, como me ha tocado a mí, que no es un pecado, es un derecho, simplemente se dice y uno se comporta como candidato. Pero no juega una doble actividad, porque en el Ejecutivo no se puede ser candidato. En el Congreso sí, en el Ejecutivo no. No ameritaba ante millones de personas usar el espacio televisivo no para explicarles a las personas qué se ha hecho. Por ejemplo, en el caso de la educación, que es lo que más me duele, o en el caso del transporte. ¿Por qué el dinero va a las grandes fortunas y no va a hacer la carretera Quibdó-Medellín? O la carretera al Catatumbo, que ya se había comprometido esa carretera y no han hecho mayor cosa. O la del Micay, donde la gente se está matando”, respondió.
Según el presidente, “el ego de grupo es más dañino porque la izquierda colombiana nunca ganó la Presidencia de Colombia, porque era muy pequeña, muy encerrada en sí misma y muy sectaria. Entonces, había creído, honestamente, en el tema de la línea correcta de los puros y de mirar con desconfianza a todo colombiano o colombiana que no se parece a un cuadro de izquierda, que nosotros llamábamos revolucionario”.
“El problema no era Benedetti, el problema era no dejar caer el gobierno en una mezcolanza electoral conflictiva que lo iba a paralizar, y más bien definir a las personas. Tengo que gobernar. Y mi referente no son los individuos que están allí, sino el pueblo colombiano, que es al que me debo”, remató.

“En el M-19 nunca abandonábamos a la gente que se ha arriesgado. No a la gente que nos soba el hombro ahora que ganamos, que además es la primera que se va cuando tenemos derrotas y muchas derrotas hemos tenido. Y yo he estado bastante solo en medio de esas derrotas. Y he visto ese oportunismo. Y es lógico en el poder. En el poder hay pocas lealtades personales. Ahora, a Benedetti yo lo conozco relativamente bien, sé de sus debilidades. Él estaba en el uribismo cuando yo hacía mis debates sobre el paramilitarismo, que eran muy riesgosos. Yo no creí que iba a sobrevivir a esa época. Usted me acompañaba ahí y hacíamos esas investigaciones tan duras. Desde el uribismo, el único que se paraba a defenderme era Benedetti. Entonces, ¿yo por qué tengo que ser desleal con eso? Si fue el primero que se atrevió y muchos de mis compañeros, recuerde a Robledo. Se paró fue a regañarme porque había propuesto un acuerdo sobre la verdad en el año 2007, cuando hice el debate sobre el paramilitarismo en Antioquia. Y entonces, en lugar de tener el apoyo de muchos de mis compañeros, la mayoría se quedaban en silencio porque tenían temor del debate”, respondió.

Y siguió: “Y otros que no dejaron de hacerlo, como Robledo. Salió a criticarme, a atacarme. En cambio, Benedetti y otros— no era el único— se pararon firmes a defenderme, a pesar de que eran del partido del uribismo. Y así sucedió en años sucesivos con otros temas. Entonces, yo no olvido eso (...) Benedetti es un hombre con propensión a la autodestrucción, por razones que yo entiendo y que no es del caso analizar aquí. En todo el periodo de conducción de la campaña electoral, que pasaba conmigo de manifestación en manifestación, fue absolutamente disciplinado. Es decir, cuando comprende una causa, se entrega. Cuando esa causa se le diluye, se le pierde; cuando se siente traicionado, se destruye él mismo, se destruye su entorno. Casi de manera suicida. Yo no permito que una persona se destruya cuando se ha comprometido con nuestros objetivos”, dijo el presidente al diario Vida.