Salud
Escasez de medicamentos: miles de colombianos están en vilo y no hay respuestas claras frente a este preocupante problema
Miles de pacientes ahora se enfrentan a una realidad preocupante: no hay medicamentos para atender sus enfermedades. Algunos señalan que, de no llegar la medicina a tiempo, podrían perder la batalla.

La crisis por escasez de medicamentos en varias ciudades de Colombia amenaza con desencadenar un colapso mayúsculo en la red de salud pública, que podría compararse a esos días complejos de la pandemia por covid. Miles de pacientes con diabetes, hipertensión, cáncer, enfermedades huérfanas y otras tantas condiciones que ameritan asistencia de fármacos constantes no tienen su medicina y, a pesar de las largas filas, no hay respuestas.
Las voces de lamento, auxilio y desesperación se escuchan desde Medellín, Bogotá, Barranquilla y Cali. En esta última ciudad, el cuadro es desalentador: miles de personas, la mayoría adultos mayores, llevan más de 72 horas durmiendo en la calle mientras esperan turno en Disfarma, dispensador de la Nueva EPS.
“Mi mamá sufre de epoc, tiene oxígeno y permanece con pañales, que no nos han dado hace dos meses. Yo soy pensionada por invalidez, supuestamente no puedo salir sola, pero me toca”, le dijo a SEMANA una de las usuarias. La tensión llegó a tal punto que la multitud bloqueó una vía principal por varias horas ante la negativa para entregarles sus medicamentos.
Mientras el sistema de salud parece derrumbarse como en un efecto dominó, el presidente Gustavo Petro amenazó con allanar las bodegas de las empresas farmacéuticas, pues dice que están acumulando los medicamentos. Pero ¿qué pasa si el Gobierno ordena intervenirlas? El presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos (Afidro), Ignacio Gaitán, responde que las autoridades encontrarían un inventario “normal” listo para su distribución. “Como pasa en todos los modelos de oferta y de demanda, al no haber recursos, pues se para la cadena y no llegan a los pacientes, que son la parte más débil del sistema. Este es un problema de flujo de recursos y de análisis de eficiencia”.
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Karine Hidalgo es una paciente de 25 años diagnosticada con lupus en 2019, una enfermedad autoinmune que necesita medicación constante para poder controlar sus síntomas. Sin embargo, ni ella ni su hermana, que tiene el mismo padecimiento, han podido acceder a sus medicinas de alto costo porque la EPS Savia Salud dice que hay problemas de caja.
Entonces, han tenido que buscar su tratamiento de manera particular preguntando en farmacias privadas y con otros pacientes qué pastillas pueden prestarles, pues ambas llevan dos meses sin que les den sus fórmulas médicas y ya se descompensaron: han perdido movilidad en el cuerpo, se les hincharon las articulaciones y tienen brotes en la piel, síntomas que a veces les impiden hacer actividades diarias, como peinarse o vestirse. “Si nosotros no nos cuidamos, nos espera la muerte, porque esta enfermedad no se sabe de dónde viene”, lamentó Karine.
Frente a la crítica situación, Néstor Álvarez, presidente de la Asociación de Pacientes de Alto Costo, sostiene que, aun cuando en el sistema de salud colombiano siempre ha habido crisis, la que se está viviendo en este momento supera en dimensiones a cualquiera del pasado. “Principalmente, porque el 95 por ciento de la salud está financiada por la UPC (Unidad de Pago por Capitación). Aunque el Gobierno hizo un aumento de la UPC recientemente, la experiencia de los últimos meses demuestra que ese dinero no es suficiente para satisfacer las necesidades de salud de los pacientes, en atención y en medicamentos”.

Patologías agravadas
Álvarez señala que la crisis de los fármacos está agravando las patologías de los pacientes crónicos, que necesitan mantener estables sus enfermedades, lo que se traduce a corto plazo en “más pacientes en unidades de urgencias demandando más servicios hospitalarios y más medicamentos. Estamos en un círculo cerrado con una indiferencia del Gobierno, que no quiere asumir una responsabilidad política ni ética”. El vocero de Pacientes de Alto Costo concluye que esto es una “crisis humanitaria, y el Gobierno no quiere tomar decisiones para salvar vidas y sigue siendo indiferente”.
Por otra parte, Denis Silva, vocero de Pacientes Colombia, señala que en el país existen 16 millones de pacientes y todos se están viendo afectados de manera directa o indirecta por esta crisis. “El 90 por ciento de los medicamentos que no se están entregando están dentro del plan de beneficios y se pagan de manera anticipada. En este momento no se están entregando ni siquiera medicamentos de bajo costo (...). Personas con cáncer, VIH, diabetes, hipertensión, trasplantes, enfermedades psiquiátricas y huérfanas actualmente están en riesgo”.
Por su parte, el Invima activó el 20 de marzo de 2025 un plan de contingencia con vigencia de seis meses para dar celeridad a trámites de fármacos, que busca descongestionar más de 14.000 procesos represados. Francisco Rossi, director de la entidad, manifestó que el objetivo es “adoptar decisiones de manera pronta, así como resolver las solicitudes y procesos relacionados con los registros sanitarios y las autorizaciones para la distribución de los medicamentos, haciendo uso de tecnologías de la información y las comunicaciones en los procedimientos”.
De acuerdo con el listado más reciente publicado por el Invima sobre abastecimiento y desabastecimiento de fármacos con corte a 28 de febrero de 2025, solo existen cinco con riesgo de desabastecimiento y cuatro en estado de desabastecimiento en el país. Estos son etomidato emulsión inyectable 2 mg/ml, fenitoína cápsula de liberación prolongada 100 mg, insulina (humana) isofana, insulina (humana) regular.

¿Qué dicen los gremios?
De acuerdo con Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, la difícil situación actual sobre la falta de entrega “obedece principalmente a la deuda acumulada del sistema, hoy cercana a los 4 billones de pesos, con una mora que supera los 600 días, lo cual afecta el flujo de caja y los recursos disponibles para la compra de medicamentos”.
Asimismo, se suman otras circunstancias que perjudican la disponibilidad de fármacos, como la demora en los trámites en el Invima, factores coyunturales como escasez de materias primas, efectos logísticos por los últimos paros y cierres de las vías, y la regulación de precios. Como consecuencia de lo anterior, en el mercado se han dejado de comercializar algunos medicamentos.
Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, señala que la falta de fármacos, que ya agobia a los pacientes en Colombia, es la “materialización de la crisis explícita” que querían generar algunos funcionarios del Gobierno. “El tema es bastante obvio: no hay medicamentos porque el Estado no paga los recursos que debe pagar. Ahora vemos al Gobierno queriendo culpabilizar a los operadores del sistema, cuando llevamos más de dos años alertando que si no hay recursos es imposible que los operadores puedan cumplir con una obligación que es del Estado”.
Fabio Aristizábal, exsuperintendente de Salud, dice que “estamos ante una asfixia mecánica que obedece a que han estrangulado el sistema por la falta de recursos, la incapacidad de cálculo de lo que podría pasarle al sistema y una UPC mal estimada”.
Su crítica hacia el Gobierno Petro se sustenta, según él, en que la mitad de los usuarios están en EPS intervenidas. “Están acabando con la clase menos favorecida del país, que no tiene capacidad de pago, porque las personas con capacidad adquisitiva buscan cómo adquirirlos de forma particular”.
Mientras se establecen responsabilidades, miles de pacientes pasarán la noche con la incertidumbre de que al día siguiente tampoco encontrarán la medicina que decidirá sus vidas o la de sus familiares.