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¿Quiénes son las personas más poderosas en el Vaticano después del papa?

El teólogo Daniel Speed Thompson habló sobre este y otros misterios de la Santa Sede, como quiénes intervienen cuando el papa no puede cumplir sus deberes.

4 de marzo de 2025, 10:44 a. m.
Francisco ha pedido de forma reiterada el final de la guerra y ha intentado mantener la neutralidad diplomática habitual del Vaticano en los conflictos. El Vaticano está especialmente preocupado por la situación de los cristianos en Gaza.
El papa Francisco sonríe mientras saluda a los fieles al final de su audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. | Foto: AP

Desde hace más de dos semanas, la atención está puesta en el Vaticano, a la espera de noticias sobre la salud del papa Francisco, quien se encuentra internado en el Hospital Gemelli de Roma, Italia, desde el 14 de febrero de 2025, recibiendo tratamiento por una neumonía doble y otras complicaciones.

Cuando un papa está enfermo, dimite o fallece, ¿quién lo reemplaza? ¿Y quién más ayuda a dirigir la Santa Sede? The Conversation US, medio asociado a AP, entrevistó a Daniel Speed Thompson, teólogo de la Universidad de Dayton, quien dio algunas ideas sobre la Ciudad del Vaticano.

El papa Francisco se encuentra hospitalizado desde el pasado 14 de febrero luego de complicaciones respiratorias.
El papa Francisco se encuentra hospitalizado desde el pasado 14 de febrero luego de complicaciones respiratorias. | Foto: getty images

¿Quiénes son las personas más poderosas en el Vaticano, además del papa?

El Vaticano alberga el gobierno central de la Iglesia católica y es también una ciudad-estado independiente. El papa es a la vez jefe de la Iglesia católica y jefe de Estado. Para gobernar a ambos, cuenta con la curia romana, que significa “tribunal”. En términos modernos, la curia es la burocracia papal. Es una extensión de la autoridad del papa.

En la doctrina católica, el papa tiene la máxima autoridad en la Iglesia. Puede ejercerla solo o con el Colegio Episcopal, compuesto por todos los obispos del mundo. Los obispos nombrados por el papa para el cargo de cardenal pueden, si tienen menos de 80 años, votar para elegir un nuevo papa. Algunos cardenales, pero de ninguna manera todos, sirven en la curia papal en Roma.

Además del papa, los funcionarios de la curia que supervisan aspectos importantes de la vida política y religiosa de la Iglesia suelen ser figuras poderosas. Por ejemplo, la Secretaría de Estado, encabezada por el cardenal Pietro Parolin, supervisa las relaciones con otros países y organizaciones internacionales. También supervisa el cuerpo diplomático del Vaticano.

El Dicasterio –departamento– para la Doctrina de la Fe, dirigido por el cardenal Víctor Manuel Fernández, se ocupa de cuestiones sobre la correcta enseñanza católica sobre la fe y la moral. El Dicasterio de los Obispos, encabezado por el cardenal Robert Prevost, coordina los nombramientos de nuevos obispos en todo el mundo.

Todos estos funcionarios trabajan bajo la autoridad del papa, abogando por su agenda y poniéndola en práctica. Por ejemplo, Prevost ha sugerido que todos los católicos deberían participar en la selección de obispos. Esta idea está vinculada con el llamado de Francisco a una iglesia más “sinodal”: una que sea menos jerárquica y moldeada por las preocupaciones y desafíos de los católicos laicos.

El cónclave, encargado de elegir al nuevo papa, debe arrancar entre 15 y 20 días después del óbito.
Cardenales en la Capilla Sixtina. | Foto: Gamma-Rapho via Getty Images

Si un papa no puede cumplir con sus deberes, ¿quién interviene?

Cuando un papa muere –o dimite, como hizo Benedicto XVI en 2013–, el gobierno de la Iglesia católica recae formalmente en el Colegio Cardenalicio. Sin embargo, la autoridad del colegio es muy limitada. Por sí solos, los cardenales no pueden tomar decisiones importantes sobre la fe, la moral y el culto. Tampoco pueden deshacer decisiones papales anteriores ni cambiar las leyes eclesiásticas sobre la elección de un nuevo papa.

Todos los jefes de los dicasterios pierden su cargo cuando muere o renuncia un papa. El Colegio de Cardenales actúa como un gobierno provisional cuyo principal objetivo es preparar la elección del nuevo papa y supervisar el funcionamiento cotidiano del Vaticano.

Un cardenal, conocido como el camarlengo, es responsable de confirmar la muerte o renuncia del papa. Luego asume el control de la residencia del papa y coordina el funeral, si es necesario. El camarlengo también se encarga de la custodia de las propiedades del Vaticano en Roma y supervisa los detalles del próximo cónclave.

La Iglesia católica sigue con sus actividades cotidianas, pero no se pueden tomar grandes decisiones en ausencia de un papa. La Iglesia no puede nombrar nuevos obispos y el Vaticano no puede iniciar nuevas gestiones diplomáticas.

Papa Francisco y Benedicto XVI
El papa Francisco no había sido funcionario del Vaticano, pero Benedicto XVI sí. | Foto: Getty Images/ Vatican Media via Vatican Pool

¿Los funcionarios del Vaticano son a menudo nominados para ser papa?

A veces. Francisco era un cardenal de Argentina antes de su elección como papa y no había servido en la curia romana. Sin embargo, Benedicto XVI, el predecesor de Francisco, sirvió como prefecto de la Congregación –ahora llamada Dicasterio– para la Doctrina de la Fe. Algunos papas recientes sirvieron en la curia al principio de su carrera, pero no inmediatamente antes de su elección.

¿Qué debería entender la gente sobre el Vaticano?

El teólogo Daniel Speed Thompson asegura que son tres cosas. En primer lugar, dice que el Vaticano no se parece a ninguna otra organización del mundo. Su misión religiosa y su estatus político se basan en casi 2.000 años de historia. Esta complicada historia proporciona una tradición única que sostiene la institución de la Iglesia católica, pero también puede impedir que la Iglesia se recupere y se renueve críticamente.

En segundo lugar, el Vaticano es como cualquier organización del mundo. Los funcionarios del Vaticano pueden ser fieles a los más altos estándares de su religión y desear verdaderamente servir a la Iglesia y al bien común de la humanidad, pero también pueden ser flagrantemente inmorales, incluso criminales y arribistas en busca de estatus o lujo. Francisco ha criticado constantemente a los sacerdotes y obispos que se consideran de alguna manera superiores en virtud de su cargo o su ordenación.

Finalmente, comparado con las burocracias masivas de los gobiernos y corporaciones modernas, el Vaticano es relativamente pequeño y no tan rico como a menudo se lo retrata.

“Aunque la curia gestiona una vasta organización internacional, sus recursos están mucho más cerca de los de mi propia universidad católica de tamaño mediano que de los del gobierno estadounidense o de Apple”. La Ciudad del Vaticano y la Santa Sede emplean a unas 2.000 personas, con un presupuesto operativo de unos 835 millones de dólares.

Sí, la Iglesia católica tiene riquezas (y el problema actual de los déficits y la corrupción financiera), pero los recursos del Vaticano son insignificantes en comparación con lo que puede reunir un Estado moderno o una gran empresa.

*Con información de AP.