Opinión

El equilibrio personal: pilar estratégico del liderazgo empresarial

Incorporar rutinas saludables, cuidar los espacios fuera de lo laboral y fomentar el autoconocimiento permiten gestionar con mayor eficacia la presión y la incertidumbre.

Angélica De la Peña Serna
21 de abril de 2025, 1:53 p. m.
Bienestar, flexibilidad y buen clima. Los aspectos esenciales para que los empleados se comprometan con cualquier compañía
Bienestar, flexibilidad y buen clima. Los aspectos esenciales para que los empleados se comprometan con cualquier compañía. | Foto: Getty Images/iStockphoto

En el mundo empresarial actual, el liderazgo va más allá de la toma de decisiones estratégicas o del cumplimiento de metas. Implica ser un referente para los equipos, fomentar culturas organizacionales sostenibles y generar un impacto positivo tanto en las personas como en los resultados.

En este contexto, el equilibrio personal y la coherencia se consolidan como elementos esenciales para ejercer un liderazgo auténtico y eficaz.

Coherencia: una ventaja competitiva en la gestión del talento

La coherencia entre el discurso y las acciones de un líder tiene un efecto directo sobre la motivación, la confianza y el compromiso de los equipos. Cuando se pierde esa sintonía, se erosiona la credibilidad y se incrementa la rotación del talento, afectando no solo la cultura organizacional, sino también la rentabilidad del negocio.

Datos de la Society for Human Resource Management (SHRM) señalan que reemplazar a un colaborador puede representar entre el 50% y el 60% de su salario anual. Esta cifra contempla costos de reclutamiento, capacitación y pérdida de productividad. Por su parte, Deloitte reporta que las organizaciones con liderazgos coherentes y colaborativos logran reducir la rotación en un 47%.

Asimismo, un estudio de Gallup indica que cerca del 50% de los empleados que abandonan sus puestos lo hacen para alejarse de una gestión inconsistente, en búsqueda de una mejor calidad de vida. Esta realidad invita a reflexionar sobre el papel que juega el liderazgo como generador de bienestar organizacional.

Nuevas generaciones, nuevas expectativas

Las generaciones emergentes, especialmente la Generación Z, han redefinido las expectativas frente al liderazgo. Valoran la autenticidad, el propósito y la congruencia entre los valores que una empresa promueve y las prácticas que realmente ejecuta.

Informes recientes revelan que el 38% de los centennials ha renunciado a un empleo que afectaba su bienestar, y el 58% de los jóvenes entre 18 y 24 años estaría dispuesto a hacerlo. Esta tendencia subraya la urgencia de construir culturas organizacionales donde el propósito, la salud mental y el liderazgo consciente no sean solo parte del discurso, sino prácticas tangibles.

El equilibrio personal como una decisión estratégica

Para sostener un liderazgo coherente y resiliente, es clave reconocer la importancia del equilibrio personal. La estabilidad emocional, el bienestar físico y la claridad mental no son temas periféricos, sino activos estratégicos. Incorporar rutinas saludables, establecer límites claros entre lo laboral y lo personal y fomentar el autoconocimiento permiten a los líderes gestionar con mayor eficacia la presión y la incertidumbre.

He aprendido que para mantener este equilibrio es vital tener una vida estructurada en torno a la alimentación, el ejercicio y la escritura. Conocerme me ha permitido administrar de mejor manera las situaciones retadoras y garantizar que mi equipo vea que es posible manejar la alta tensión y la incertidumbre con serenidad.

Sin embargo, nada de esto lo hubiera logrado si no dedicara tiempo a mí misma, a estar en armonía conmigo y a entender cómo dominar mi mente y mi cuerpo en momentos de tensión.

La disciplina y la determinación han sido claves en mi camino. Priorizarme ha sido la base de mi éxito. Establezco tiempos claros para ejercitarme y garantizar una alimentación saludable.

Cada líder encontrará su propio camino hacia el equilibrio: para algunos puede ser el deporte, la meditación, la lectura o simplemente espacios de reflexión. Lo relevante es que este balance no se delegue ni se postergue. Priorizar el bienestar personal no es un acto egoísta, sino una inversión consciente para liderar con mayor visión, humanidad y determinación.

El liderazgo empresarial del futuro exige más que conocimientos técnicos o experiencia. Requiere integridad, coherencia y equilibrio. Elementos que, cuando se alinean, fortalecen la cultura organizacional, inspiran a los equipos y contribuyen directamente al logro de objetivos sostenibles.

En un entorno competitivo y cambiante, liderar desde el ejemplo con congruencia entre lo que se dice, se piensa y se hace no solo es deseable, es imprescindible.

Angélica De la Peña Serna, vicepresidente comercial en Tractocar Logistics.