Economía

El Banco de la República ve más inflación y menor crecimiento para 2025. Estas son sus razones

Para el Emisor, las tensiones globales y el entorno fiscal interno generan una gran incertidumbre que ha hecho que se muevan sus proyecciones. El impacto del incremento del salario mínimo afectará la inflación.

11 de febrero de 2025, 11:06 a. m.
Banco de la Republica Inflación
Ante la incertidumbre que se registra en los mercados, el Banco de la República ajustó sus proyecciones en materia de crecimiento económico e inflación para este año en Colombia. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

En la actualidad, la palabra clave, en materia de comportamiento económico, es incertidumbre. Por el lado internacional, impulsada por las tensiones políticas y comerciales que se han generado tras la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, por ejemplo, con el anuncio de incremento de aranceles, endurecimiento de la política migratoria y duras posiciones geopolíticas frente a Canadá, Groenlandia y hasta el Canal de Panamá; mientras que, en el frente local, la agenda está enmarcada por las dificultades fiscales del Gobierno a la hora de cuadrar sus cuentas y ante el riesgo de incumplir la regla fiscal.

En este contexto, cuando aún no se ha llegado a la mitad del segundo mes del año, empiezan a ajustarse las proyecciones macroeconómicas, y una de las primeras entidades en hacerlo fue el Banco de la República.

En su más reciente informe de Política Monetaria, el emisor ratificó las preocupaciones que ha planteado en sus distintos pronunciamientos, como las minutas de su junta directiva en materia de crecimiento, con una expectativa menor a los cálculos del año pasado, y también de inflación que, de acuerdo con sus estimados, este año tampoco llegaría al rango meta de entre el 2 % y el 4 %.

Donald Trump firmó la orden ejecutiva que impone nuevos aranceles a productos de México, China y Canadá.
Donald Trump firmó la orden ejecutiva que impone nuevos aranceles a productos de México, China y Canadá. | Foto: AP/Getty Images

Según el informe de política monetaria, el crecimiento continuaría acelerándose, aunque a un ritmo más lento que el esperado en el informe de octubre. “Para 2025 la actividad económica alcanzaría una expansión del 2,6 % (frente al 2,9 % estimado en octubre), y continuaría acelerándose en 2026 al 3,4 %. La reducción del pronóstico para 2025 se explica por la respuesta de la política monetaria a las mayores presiones inflacionarias señaladas, por la leve revisión a la baja en la dinámica del consumo privado en las cifras publicadas por el Dane y por el pobre desempeño del consumo público observado y esperado para el presente año”, señala el estudio.

Frente a lo estimado en octubre, el crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) para el tercer trimestre resultó menor (2 % vs. 2,4 %), debido a una contribución más negativa del balance comercial externo, asociada —principalmente— con una mejor dinámica de las importaciones.

El crecimiento de la demanda interna fue mayor de lo estimado (3,9 % vs. 3,3 %) y completó cuatro trimestres con aumentos en su nivel, explicados por el comportamiento del consumo privado y, en menor medida, por la dinámica de la formación bruta de capital fijo (FBCF) —inversión—.

Por su parte, el consumo público, que en algunos momentos del año pasado jalonó la economía, se ha debilitado, principalmente, por menores pagos de subsidios del Gobierno al consumo de energía eléctrica, asociados con una menor demanda por parte de los hogares, explica el banco.

Natalia Gutiérrez, de Acolgén; Camilo Sánchez, de Andesco; José C. Manzur, de Asocodis; Alexandra Hernández, de SER Colombia, y Alejandro Castañeda, de Andeg, explicaron la crítica situación del sector de energía.
Natalia Gutiérrez, de Acolgén; Camilo Sánchez, de Andesco; José C. Manzur, de Asocodis; Alexandra Hernández, de SER Colombia, y Alejandro Castañeda, de Andeg, explicaron la crítica situación del sector de energía. | Foto: cortesía

Las cifras disponibles de actividad económica para el cuarto trimestre sugieren que la economía habría crecido a una tasa anual del 2,3 %, estima el emisor. Este pronóstico indica que al final del año la demanda interna habría continuado acelerándose (4,1 %), debido a los altos crecimientos estimados en la FBCF (5,7 %), desde sus bajos niveles observados un año atrás; impulsados por el gasto en maquinaria, equipo y la construcción de obras civiles, y a pesar de los aumentos bajos del consumo (1,4 %).

La demanda externa habría seguido contribuyendo negativamente al crecimiento, debido a un aumento de las importaciones (9 %) mayor que el de las exportaciones (1,4 %). Con lo anterior, el crecimiento económico estimado para 2024 se estima en un 1,8 %, frente al 1,9 % del informe anterior.

“Los excesos de capacidad productiva se ampliarían levemente hasta el segundo trimestre de 2025 y se diluirían paulatinamente durante el horizonte de pronóstico. Estas estimaciones continúan sujetas a un alto grado de incertidumbre por factores externos (tensiones políticas y comerciales globales y la política monetaria en los países avanzados) e internos (incertidumbre sobre la política fiscal y la respuesta de la demanda interna a las condiciones financieras locales)”, advierte el Banco de la República.

Inflación amenazada

Al igual que con el crecimiento, el Banco de la República estima en sus nuevas proyecciones que en 2025 y 2026 la inflación total continuaría su proceso de convergencia hacia la meta, aunque de una forma más lenta que la estimada en octubre. Lo anterior, debido, en mayor medida, al incremento real del salario mínimo, muy superior al aumento de la productividad laboral.

Para finales de 2025 se proyecta una inflación total en el 4,1 % (antes 3,1 %, es decir, un incremento de un punto porcentual).

A esto se suma un contexto externo y fiscal que generaría mayores presiones alcistas sobre la tasa de cambio y su traspaso a los precios. La senda de aumentos esperada para los alimentos y para los regulados se revisó levemente al alza en el informe de política monetaria del emisor. En el primer caso, por una fase alcista en los precios de los perecederos, cuya estacionalidad podría haberse desplazado, y para los regulados por las sorpresas al alza observadas en algunos servicios públicos a finales de 2024.

Incluso, para otros analistas, la situación de los servicios públicos se extenderá en 2025, como por ejemplo, acaba de suceder con las tarifas de gas que, ante la poca oferta en firme en el país, fue necesario importar a unos precios mucho mayores a la producción local, que llevaría a incrementos en las facturas de los hogares e industrias para este combustible. “Este mes, Vanti advirtió que, debido al incremento en el precio de la molécula de gas y los mayores costos de transporte, las facturas de gas podrían aumentar hasta un 36 % a partir de febrero, generando presión adicional sobre la inflación”, señaló un análisis del Banco Popular.

A veces la llama es de color amarilla, otras azul o naranja.
Las empresas distribuidoras de gas anunciaron incrementos en los precios por cuenta de la importación de este combustible | Foto: Getty Images/iStockphoto

La indexación de algunos grupos del índice de precios al consumidor a una inflación más baja y los efectos acumulados de la política monetaria local, reflejados en una brecha del producto que se sigue estimando negativa para el siguiente año, serían factores que seguirían contribuyendo a mantener la convergencia de la inflación hacia la meta.

Estas proyecciones continuarán enfrentando una incertidumbre elevada, asociada con el comportamiento futuro de la tasa de cambio, posibles aumentos de aranceles en el comercio global, los choques de oferta que afectan el precio de los alimentos, los ajustes en los precios de algunos bienes y servicios regulados, y el aumento del salario mínimo para 2025, entre otros.

Algunos analistas, como el Banco Popular, advierten que la fuerte depreciación del peso en los últimos meses de 2024 sigue impactando la inflación de alimentos. En particular, la lectura anual aumentó 120 puntos básicos entre diciembre y enero, alcanzando el 4,50 %, el nivel más alto desde diciembre de 2023. Y estima que, para observar un cambio de tendencia en los precios de los alimentos, se necesitaría un dólar por debajo de los 4.000 pesos, lo que considera poco probable en este momento.