Economía

El agua bajo presión creciente: más de 2.000 millones de personas en el planeta carecen de este líquido de forma segura y potable

En medio de la conmemoración del Día del Agua, el Banco Mundial hizo una dramática radiografía de la situación global. No descarta la participación del sector privado para financiar este déficit.

23 de marzo de 2025, 3:03 p. m.
Zetaquira, Boyacá
Los sistemas hídricos están bajo una presión constante. | Foto: Cortesía - Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr)

El panorama del agua en el planeta es dramático. Más de 2.000 millones de personas carecen de agua potable segura, mientras que los sistemas hídricos, la base de un planeta habitable, están bajo una presión creciente.

A propósito del Día del Agua, el diagnóstico lo presenta el Banco Mundial en un documento, en el que además advierte que la situación exige sistemas de suministro de agua más inteligentes y con capacidad de adaptarse a un mundo que ha cambiado.

Según el análisis, escrito por Saroj Kumar Jha, director de la práctica global del agua, en los últimos 50 años, el almacenamiento de agua natural ha disminuido en 27 billones de metros cúbicos debido a la degradación de la tierra, el agotamiento de las aguas subterráneas y la pérdida de humedales.

Según el Banco Mundial, en los últimos 50 años, el almacenamiento de agua natural ha disminuido en 27 billones de metros cúbicos.

Pero no es la única señal de advertencia: desde 1970, el 83 % de las especies de agua dulce han desaparecido, lo que indica un colapso más amplio de los ecosistemas que alguna vez preservaron los recursos hídricos.

“Hoy en día, 1 de cada 10 personas vive en países que enfrentan grave escasez de agua, y, 1 de cada 4 niños experimentará estas condiciones de aquí a 2040. Los fenómenos meteorológicos extremos están haciendo que los ciclos del agua sean más erráticos. Para 2050, casi la mitad de la población mundial podría verse afectada por sequías, que provocarán alteraciones en la agricultura y los medios de subsistencia”, señala la investigación en una preocupante radiografía.

Agrega que los patrones climáticos están reconfigurando los sistemas de abastecimiento de agua. “En Afganistán, los ríos que otrora eran fiables ahora se han vuelto impredecibles debido al derretimiento irregular de la nieve. En algunas partes de África, las sequías “en cámara lenta” están forzando la migración y agravando la inseguridad alimentaria”, explica el informe, y agrega que los impactos a largo plazo son muy preocupantes, pues los niños nacidos durante períodos de sequía sufren malnutrición, “lo que limita las oportunidades económicas a lo largo de décadas. Si no se actúa, estos ciclos de privaciones persistirán”, dice el análisis.

Además, advierte que la gestión del agua está fallando porque los sistemas fueron diseñados para un mundo que ya no existe. “Los desastres ponen de relieve las vulnerabilidades, y la creciente crisis del agua exige medidas urgentes”, asegura el estudio.

El fenómeno del Niño no solo ha cambiado la intensidad de los fenómenos meteorológicos, sino que también ha cambiado los paisajes naturales, como pasa con el Lago Calima en el Valle del Cauca. En las orillas de este gran lago artificial, se nota la disminución en el nivel de sus aguas
Para 2050, casi la mitad de la población mundial podría verse afectada por sequías, que provocarán alteraciones en la agricultura y los medios de subsistencia. | Foto: Jorge Orozco

Pone como ejemplo, la situación de las presas, instrumento clave para el almacenamiento de agua y el control de inundaciones, que muchas son antiguas y están en riesgo. Describe que una gran cantidad de las 40.000 grandes represas del mundo se diseñó hace décadas, sobre la base de datos hidrológicos desactualizados. “Solo en India, 6.886 embalses —muchos de ellos de más de 50 años de antigüedad— corren el riesgo de sufrir fallas. Para hacer frente a esta situación, el país lidera esfuerzos para reforzar la resiliencia de más de 500 grandes presas con el apoyo del Banco Mundial. Si bien es un paso importante, miles de embalses más deberán modernizarse para resistir los fenómenos meteorológicos extremos”.

Más allá de la infraestructura, garantizar el agua para el futuro requiere un conjunto más amplio de soluciones: mejor financiamiento, gestión más sólida, tecnología de punta y alianzas que impulsen un impacto real.

El Banco Mundial plantea alternativas para enfrentar esta situación y pone sobre la mesa cuatro vías fundamentales. La primera, optimizar y adaptar el almacenamiento de agua: es clave aplicar un enfoque híbrido que combine la infraestructura natural y construida. La segunda, aprovechar la innovación digital: la inteligencia artificial (IA), los sensores remotos y el monitoreo en tiempo real están revolucionando la gestión del agua. Señala que el Proyecto Hidrológico Nacional de India utiliza modelos impulsados por IA que proporcionan pronósticos de inundaciones para un período de 24 horas con una precisión del 90 %, lo que ayuda a los operadores de las presas a controlar las descargas de agua.

Fotos de la semana 28 junio
Los fenómenos climáticos están generando tragedias y devastaciones en distintas partes del mundo, por lluvias torrenciales y desbordamientos de ríos. | Foto: REUTERS

La tercera, fortalecer la gestión y las asociaciones. Su argumento es que gestionar los riesgos hídricos requiere la cooperación entre los Gobiernos, las empresas y las comunidades. De las 360 cuencas hidrográficas reconocidas internacionalmente, para solo 41 de ellas existen acuerdos formales entre los países que las comparten. Sin una gestión sólida, los conflictos por el agua se intensificarán.

Y, finalmente, la cuarta plantea el aumento en la inversión y el financiamiento. El Banco Mundial califica como “impresionante” el déficit de financiamiento en materia de seguridad hídrica: se necesitan 6,7 billones de dólares para 2030, y esta cifra aumentará a 22,6 billones de dólares para 2050. “Los Gobiernos por sí solos no pueden subsanar este déficit; es necesaria la participación del sector privado. En Chile y Perú, la inversión privada impulsa el tratamiento y la reutilización de las aguas residuales, lo que reduce la dependencia del agua dulce. Los modelos de financiamiento combinado, los bonos climáticos y los bonos de resiliencia pueden ayudar a reducir el déficit de financiamiento, pero estos instrumentos siguen siendo poco utilizados”, advierte esta institución.

Señala el Banco Mundial que las soluciones inteligentes en materia de agua no solo garantizan la resiliencia y la seguridad: impulsan el desarrollo económico, crean empleos y preservan los medios de subsistencia. “El acceso confiable al agua sirve de apoyo a la agricultura, la energía y la industria, sectores que dan trabajo a millones de personas, especialmente en los países de ingreso bajo. Ningún país puede alcanzar una prosperidad duradera sin asegurar su futuro hídrico”.

En imágenes: El agua del lago Mead ha llegado al nivel mas bajo desde que el lago se llenó inicialmente hace más de 80 años
"Miles de embalses más deberán modernizarse para resistir los fenómenos meteorológicos extremos”, advierte el Banco Mundial. Foto AP/John Locher | Foto: AP

Recuerda que la escasez de agua puede destruir las fuentes de empleo, como ocurrió durante la sequía de Ciudad del Cabo en 2018, que provocó la pérdida de los medios de subsistencia de 20.000 trabajadores agrícolas. “Sin embargo, la gestión inteligente del agua crea oportunidades. En la República Democrática del Congo, se espera que un programa de acceso al agua genere casi 30.000 nuevos puestos de trabajo. El agua limpia y el saneamiento mejoran la salud pública y permiten una mayor participación en la fuerza laboral, especialmente de las mujeres”, anticipa el análisis.

El estudio concluye que la seguridad hídrica no consiste solo en evitar la escasez de agua, sino que sustenta la resiliencia, la estabilidad económica y la reducción del riesgo de desastres. “Sin agua las economías se debilitan, la producción de alimentos colapsa y la salud pública se deteriora. Sin agua no hay planeta habitable”, puntualiza.

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