Los electrodomésticos desempeñan un papel crucial en la vida cotidiana, especialmente en lo que respecta a la simplificación de las tareas domésticas, lo cual contribuye a mejorar la productividad y optimizar el tiempo en las actividades diarias.

No obstante, al momento de adquirir un nuevo aparato eléctrico para el hogar, es fundamental considerar diversos aspectos, más allá de las tendencias del momento. Entre estos, se destacan la economía, la salud y la capacidad de satisfacer las necesidades del consumidor.

En la actualidad, dos de los electrodomésticos que han generado considerable atención son el horno eléctrico y la freidora de aire. Ambos dispositivos se caracterizan por su facilidad de uso y la posibilidad de obtener buenos resultados sin requerir una amplia experiencia culinaria. Sus controles son generalmente sencillos y, en muchos casos, cuentan con opciones preconfiguradas para distintos tipos de alimentos.

Además, tanto el horno eléctrico como la freidora de aire presentan una gran versatilidad. El primero permite hornear, tostar, asar e incluso cocinar a la parrilla, lo que lo convierte en una herramienta multifuncional en la cocina. Por su parte, la freidora de aire, además de “freír”, tiene la capacidad de asar, hornear y tostar, lo que le otorga una notable versatilidad para preparar una amplia variedad de platos.

Los electrodomésticos facilitan las tareas domésticas. | Foto: ppa5

Sin embargo, surge la pregunta sobre cuál de los dos dispositivos resulta más conveniente desde una perspectiva económica y de salud. Aunque ambos aparatos tienen ventajas y desventajas, es relevante señalar que, en términos de precio inicial, la freidora de aire suele ser más asequible que el horno eléctrico.

Están disponibles en una variedad de precios, que van desde modelos básicos hasta opciones más avanzadas, dependiendo de la marca y las características. En cambio, los hornos eléctricos suelen ser más costosos, especialmente aquellos de mayor capacidad, como la cocción por convección o la opción de vapor.

Por otro lado, el consumo de energía es un factor determinante a la hora de evaluar la viabilidad económica de un electrodoméstico a largo plazo.

En términos generales, la Air Fryer tiende a consumir menos electricidad, dado que están diseñadas para calentar el aire rápidamente y cocinar los alimentos en menor tiempo. Esto no solo reduce el tiempo de preparación, sino que disminuye el consumo de energía.

En cuanto a la salud, uno de los principales motivos por los que los consumidores optan por estos electrodomésticos es la posibilidad de cocinar de forma más saludable sin sacrificar el sabor.

Ambas opciones permiten reducir la cantidad de aceite en la preparación de los alimentos, aunque la freidora de aire ofrece una ventaja significativa en este aspecto. Utilizando aire caliente, logra un resultado crujiente con una mínima cantidad de aceite, incluso sin él. Este método ayuda a reducir considerablemente las calorías y las grasas saturadas.

La freidora de aire y el horno eléctrico son populares en muchos hogares. | Foto: Bing Image Creator

En contraste, los hornos eléctricos pueden ser igualmente una opción saludable, siempre que se utilicen de manera adecuada, ya que permiten asar, hornear y cocinar sin grandes cantidades de aceite.

No obstante, para obtener resultados similares a los de una freidora de aire, sería necesario ajustar tanto la temperatura como el tiempo de cocción, lo cual podría no ser siempre tan sencillo.

Si el objetivo principal es reducir el consumo de grasas, la freidora de aire se presenta como la opción más saludable debido a su capacidad para cocinar con muy poco o incluso sin aceite.

En definitiva, la elección entre uno u otro dependerá de las necesidades específicas de cada usuario y del tipo de cocina que prefiera.